En la adolescencia nos enamoramos de alguien que quizás ni siquiera sabe nuestro nombre. El corazón es el que dirige a tu cerebro, y todos tus actos. Te sientes mal con tu cuerpo. Te puedes despertar comiéndote el mundo o comiéndote el suelo, teniendo cambios de actitud repentinos sin razón alguna. Estas perdido y no sabes que camino seguir. Dices que te gusta estar solo, pero necesitas a mucha gente cerca. Odias la distancia, pero siempre buscas a alguien lejano que te entienda. La música es la única que te entiende, sientes que todas las letras están hechas para ti. Cuando somos adolescentes queremos enamorarnos, pero no queremos sufrir. Queremos todo perfecto, pero todo nos sale mal, y cometemos errores. Pero está bien, de los errores se aprende, no hay que arrepentirse del pasado, lo hecho, hecho está.
Debes caer, para saber que es levantar. Debes quedarte solo, para apreciar la compañia. Debes llorar, para saber que es reir. Deben dañarte, para que otros te sanen. Deben quitarte la luz, para que te alumbre. Porque en el camino encontraras personas que quieran hacerte daño, pero tambien encontraras personas que quieran ayudarte a seguir adelante.
Si pudiera volver atrás y remediar las cosas que hice, no cambiaría nada. Porque cada paso me hizo mejor y cada golpe me hizo más fuerte. A pesar de todo lo que pase en mi vida, de toda mi historia, no me arrepiento de nada.
''Vivir amando, amar sufriendo, sufrir callado y siempre sonriendo.''
